Mis querid@s amig@s, ahora
que estoy algo desocupado me decidí a escribir un poco y aunque tenia muchas
ganas de hacerlo me costo bastante trabajo retomar este hábito que yo
consideraba fácil y fue precisamente pensando en esto que recordé una historia
sobre lo fácil que es para algunas personas hacer lo incorrecto, pero déjenme explicarlo
mejor.
Seguramente todos han tenido a un amigo o amiga a quien le cuentan absolutamente todo (hasta lo que no deberíamos),
pues yo no soy la excepción, tenía a este amigo al que le contaba cada cosa que
me pasaba, especialmente cuando de cuestiones de amor se trataba y a veces creo
que no debemos decirlo todo.
Recuerdo haberle contado lo
atraído que me sentía hacia un chico que estaba de prueba en donde ambos trabajábamos
y cuando la timidez me ganaba el me animaba a acercarme y hablarle, el chico en
cuestión no tenía muy buena fama pero aun así me agradaba (creo que era mas
bien mi necesidad de salvar almas perdidas), Un día mientras hablaba con este
chico menciono que mi amigo lo había visitado en su casa, claro esta que me
sorprendí pero no quise pensar mal de mi amigo aunque fue muy difícil no
hacerlo cuando supe que no solo había pasado una vez y que mi amigo no me había
contado nada y creo que no quise preguntarles más por miedo a obtener detalles de lo que había pasado (por aquello de la fama).
Al chico ni siquiera lo contrataron
y solo lo veía de vez en cuando si coincidíamos en algún lugar, pero mi amigo
siempre me decía que me enviaba saludos… supongo que seguían frecuentándose. A
pesar de que esta historia se repitió por lo menos tres veces con el mismo
amigo (pero diferente chico de mi interés), jamás deje de considerarlo mi amigo
porque creo que no lo hacia con afán de lastimarme, solo pienso que no sabia
diferenciar sus gustos de los míos o que no era muy consciente de que no se
deben “pedalear bicicletas ajenas” y menos si son las de tus amigos, lamentablemente
mi amigo ya no esta en este plano y nunca pude preguntarle porque lo hacía.
La vida me llevo a
encontrarme en el lado opuesto de la historia, hubo un ocasión en que conocimos
al mismo tiempo a un par de chicos y aunque ambos me parecieron atractivos, me
deje llevar por mi lado superficial y no quite la vista del mas atractivo de
los dos, según mi amigo a él le había gustado el otro, pero jamás paso nada
entre ninguno de nosotros, hace poco me tope de nuevo con el que en ese momento
me parecía menos atractivo.
La verdad es que es un chico
realmente interesante, inteligente y responsable, su sonrisa me encanta y
aunque coincidimos poco, siempre tiene una palabra linda y amable para mi (y yo
trato de corresponder a eso) pero por alguna extraña razón no puedo evitar
pensar que el simplemente es “La bicicleta” de mi amigo y que no tengo derecho
a pensar en él como una opción y bueno, quizá me tarde tanto en pensar en eso
que además ya tiene una bonita relación con alguien lo cual lo hace
definitivamente, “la bicicleta intocable”.
Y claro, también me ha tocado
ser otra pieza de este juego y sentir que el amigo de alguien con quien salía
mostraba demasiado interés en mí y aunque recibí un par de invitaciones a salir
jamás acepte ni una por el simple hecho de sentir que la intención no era
simplemente amistosa. No sé, supongo que yo tengo un poco más claros mis límites de lo
que mi amigo los tenía y debo confesarles además que yo realmente jamás aprendí
a andar en bicicleta (y es en serio)
¿Les ha pasado? ¿De que lado
de la historia han estado? ¿Por qué creen que mi amigo actuaba de esa forma?
P.D. acepto sugerencias de temas
Un fuerte abrazo.
Julián.