Mis
queridos lectores y lectoras del blog, estoy seguro que todos y todas, cuando
no tenemos una pareja amorosa visualizamos como será esta cuando llegue a
nuestras vidas, es común fantasear con la idea de encontrar al príncipe o
princesa (el color decídanlo ustedes) de nuestros sueños pero sobre todo nos
gusta imaginar cómo nos va a tratar esa persona, de qué forma nos va a
conquistar y a enamorar, en este punto las posibilidades son tan infinitas como
ideas puedas tener en la mente.
Claro
que del dicho al hecho hay mucho trecho, porque en la cuestión práctica de las
relaciones humanas, la fantasía dista mucho de la realidad pues a veces esa
persona especial que llega a nuestras vidas es totalmente lo contrario a lo que
imaginabas en nuestros momentos “Blancanievezcos” (ya sabes, cuando chacheas y
escuchas canciones de amor y te imaginas al amor de tu vida que llega para
contratarte una muchacha que limpie por ti), pues tú imaginabas que el galán en
cuestión, sería romántico, detallista, cariñoso, que siempre te dirá cumplidos
bonitos hacia tu persona… y resulta ser que el galán es más bien gañan, ni
cariñoso, ni romántico ni nada, la persona en cuestión es más fría que un
hielo, si bien te va al menos será educado.
No
sé si se trate de crearnos una expectativa muy elevada sobre la persona o que a
veces simplemente nos equivocamos al elegir porque nos dejamos llevar por
algunos pocos factores en lugar de ver la totalidad y a veces nos terminamos
involucrando con una persona que ni siquiera sabe decirnos una palabra bonita o
tener un gesto amable hacia nosotros, hasta donde sé, esas relaciones están
destinadas a fracasar pues en primer lugar, no te corresponde hacer todo el
trabajo bonito o todo el trabajo sucio a ti solamente, en una relación de dos,
es necesaria la reciprocidad y en segundo lugar, nos merecemos eso con lo que
soñamos, no migajas de eso.
Pero
esperen, hay otra parte en estas situaciones que es igual de importante,
siempre que estamos en una de estas relaciones de una sola vía, aparece aquel
amigo, o aquella amiga que aunque no representa ningún interés que no sea el de
ser amigos (al menos para nosotros), que nos trata justo como queremos ser
tratados o mejor aún, que sabe mostrar cariño cuando lo necesitamos, apoyo, que
nos sube la autoestima, en fin, que tiene todo lo bueno que buscamos pero que a
simple vista no nos atrae ni mucho menos y la verdad es que a veces me pregunto
si no será mejor decidirse por quien te trata mejor porque finalmente es con
eso con lo que has soñado también y no solo con el empaque.
Lo
que si sé, es que si a la persona que te trata como te mereces nunca le vas a
ver con otros ojos que no sean los de la amistad, más vale no ilusionarlos o
darles esperanzas de que algún día podría pasar algo más entre ustedes solo por
que necesitas que te traten bonito, sería muy injusto pues al no inspirarte
nada, quizá seas tú quien no lo trata como se merece o como le gustaría que lo
traten.
En
el caso de la persona con la que ya estas saliendo o con quien ya estás en una
relación, creo que es importante hacerle ver cuáles son tus necesidades y es
que, si bien hay personas que no pueden expresar de forma cariñosa lo que
sienten, a veces las acciones hablan más que las palabras y es importante que
te sientas querido por la persona con la que quieres compartir tu vida en ese
momento, que sepa que a la larga esa situación podría cansarte y podrías optar
por poner distancia o que quizá existe alguien que ya está cerca, que te trata
como te mereces y a quien podrías darle una oportunidad gracias a la forma en
la que te trata.
¿En
cuál de estas posiciones te has encontrado? ¿Qué haces tú para hacerle ver a la
persona con la que estas que la quieres? ¿Cuánto tiempo estás dispuesto a
aguantar sin recibir demostraciones de amor?
Un fuerte abrazo
Julián.
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