Mis
queridos amigos y amigas, desde hace un buen tiempo no me dedicaba a escribir
de esta forma (que no quiere decir que no esté trabajando en otros proyectos
escritos), porque es una forma muy personal y creo que no estaba dispuesto a
abrir la puerta a mis emociones ni para mostrarlas, ni para dejarlas salir,
pero creo que tampoco me permitía que entraran nuevas, creo que sobre todo era
porque estaba enojado y cuando uno está enojado no puede pensar con claridad en
las palabras correctas, no quería hablar desde las heridas y el dolor para
despotricar en contra de alguien o de mí mismo y ustedes saben que siempre me
ha gustado obtener una lección de mis experiencias de vida, pero claro, el
tiempo pasa y las aguas se amansan, por lo que creo que llego el tiempo de
escribir.
Siendo
honesto sabemos que nunca he sido muy hábil para las cuestiones amorosas, no he
tenido mucha suerte pero también me he divertido mucho con la falta de esta,
pues me gusta ver la vida de una forma positiva y divertida, pero llega un
momento en la vida en el que uno es propenso a sucumbir ante las presiones
sociales y a mí me llegó el momento, comencé a sentir que ya era tiempo de
encontrar a alguien con quien compartir mi vida, el año pasado tuve un par de “encuentros”
o incluso algo como “reencuentros” con personas que no buscaban lo mismo que yo
y al final de esas historias me encontré emocionalmente muy lastimado.
No
quiero hablar mal de nadie, simplemente esas personas tienen una forma distinta
de ver la vida y de tratar a las personas, yo aposté demasiado, sobre todo por
una persona en específico y al final me sentí usado, el problema no fue que esa
persona fuera tan buena o tan mala, en realidad y espero no sonar grosero, esa
persona era irrelevante, pudo tratarse de cualquiera y hubiera pasado lo mismo,
yo quería más, yo quería algo distinto, yo me había prometido que sería el
último intento y al no funcionar de la forma en que yo quería mi mente se fue
por el lado incorrecto, comencé a pensar que era por cuestiones físicas, porque
no era lo suficiente para esa persona y muchas otras cosas que golpeaban mi
autoestima que aunque pueda ser la causa no me hace menos valioso a mí y fue
entonces cuando me frustré, me enojé y me permití salir lastimado.
Creo
que siempre es muy importante saber lo que queremos e ir por ese objetivo, pero
también es muy importante (quizás más), saber qué es lo que quiere la otra
persona, muchas veces, como fue mi caso, me topé con gente a la que no le
importan los sentimientos de los demás, por sus propias inseguridades e
inmadurez, pero no fue esa persona la que me lastimó, fui yo quien le permitió
hacerlo y por eso estaba enojado, por dejarme llevar por presiones absurdas en
lugar de por mi inteligencia, por negarme a ver que aunque esa persona vale
mucho, no valía mucho para mí.
Nunca
debemos dejar de pensar en nuestra seguridad, nada vale la pena tanto como para
dejar que te rompan en pedazos, hoy sé eso, hoy enfoco mi energía a cosas mucho
más positivas y productivas, he tenido que reconstruirme, alejarme un poco de
las personas en ocasiones para conseguirlo y de paso, hasta me deshice de otras
situaciones y personas que representaban peso muerto en este viaje, lo solté
todo y me quede sólo conmigo mismo, como debía ser desde el principio, estoy
trabajando en proyectos de vida mucho más personales, mucho más internos.
No
les negaré que aún tengo miedo y que prefiero mantenerme al margen de las
cuestiones del corazón para dedicarme a otras cosas como mi desarrollo
académico, no les negaré que prefiero no involucrarme con nadie hasta que me
recupere totalmente, aunque me tarde la vida entera en hacerlo, que a veces
necesito satisfacer las necesidades afectivas pero creo que más vale hacerlo
desde mi alma, consintiéndome a mí mismo y creciendo por mi cuenta, jamás
dependiendo de otra persona para ser feliz, hoy tengo mi corazón sano, aun con
muchas cicatrices pero sé que con el tiempo se van a borrar.
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